Tuesday, March 29, 2011

DON NARANJO CHUCHE


Por Benjamin Rosa Flores[1]
1955


“!Llego el yerbatero!...!De naranjo el cojollo! …!sándalo!...!doradilla!...!hierba Luisa!...!alvaca!....!ruda!....!plantas, dona!...!Rip!....!Llego Papi!....

Es de mañana en mi pueblito. Sol brillante y brisa leve acarician este rinconcito de mi patria, que vive y suena con una mañana eterna de ventura. La muchacha inquieta, inquiridora y entusiasta, forma semillero multicolor mientras se dirige a la fragua del saber.

Por la cuestecita de Buena Vista, por el sendero bordeado de flamboyanes y bucares, se desliza una figura que es parte de la vida de este pueblo. Se acerca….Trigueño, pálido, de estatura regular, cabello escaso gris; luce barba de tres o cuatro días; sus pies desnudos y agrietados, que tal vez han pisado cada pulgada cuadrada de las calles de mi pueblecito, sugieren una dureza de ausubo, o quizás de guayabo viejo. Hoy viene “estocao”; viste una camisa que una vez fue blanca, remangada hasta los codos, y pantalón kaki, con una de las piernas arrolladas hasta la “batata” de la pierna derecha. Impulsa una vieja carretilla, repleta de hierbas, que para el significan “el pan de nuestro cada día”; y para Doña  Romualda la curandera “el remedio de toos los males del cuerpo y del espíritu se acompañan con pases de los que yo doy.”

Se escucha el chirrido de la carretilla y el leve estampido que producen Don Naranjo, al escupir una “mascaura” del amargo hierbajo que una vez hiciera famoso a Cayey…

Ya esta en el poblado…

”!Llego el yerbero!...!De naranjo el cogollo!...!sándalo!...!doradilla!...!hierba Luisa!...!alvaca!...!ruda!......!hinojo!...!pimienta Angola!...!Rip!...!Se va Papi!...

--¡Yerbero! ¡Oiga Yerbero!
--Yo voy, voy. ¡Rip!...!Llego Papi!
--¿Y tiene cogollos de naranjo?
--Claro que si; esa es mi especialida”.
--Déme un poco; la nena esta con la monga y no tengo chavos, ni tiempo “pa” llévala donde el “dotol”.
--Aquí esta…Fresquesito y del mejor.
--¿Cuánto le debo?
--Quince chavos.
--¡Que pillería! (gruñe la vieja entre diente) Don Naranjo ha oído el comentario, siente deseos de decirle cuatro frescas, frunce el ceno…pero se aguanta y se va.
“!Llego el yerbero!...!De naranjo el cogollo!...!Plantas, doña!...!Naranjo chuche!...

Y Don Naranjo sigue recorriendo las calles del pueblo y llevando a los hogares el tesoro medicinal que el hermano indio nos legara.

En su camino no falta el vago, el banquero de plaza que se complace en agriarle la existencia a aquellos que, como don Naranjo Chuche, se las buscan honradamente para no convertirse en parásitos sociales.

--Hey, viejo, ¿lleva ahí la planta de hielo?

--la planta de tu ma…, so manganzón.

Don Naranjo, no te amilanes; sigue; llena tu pueblito con la bendición de tus hierbas. ¡No sabes cuanto bien nos haces, botánico sin titulo! Tu carretilla vieja y chillona es portadora de vida, del milagro curativo de nuestra flora. Para ti ese tributo humilde de mi admiración. ¡Adelante, mi don Naranjo Chuche!

--¡Naranjo chuche!... ¡salvia!...!curia!....!Rip!... ¡Se va Papi!





[1] El Sr. Rosa Flores es un Trabajador Social retirado.  Escritor cuya obra refleja fuertes rasgos de compromiso social. El escribió este cuento en 1955 cuando se desempeñaba como miembro del Comité De Gobierno de la Barriada Carrasquillo en Cayey, Puerto Rico. Se publico originalmente en el Periódico La Junta. Órgano oficial de la Administración de Programas Sociales, Departamento de Agricultura.

Monday, March 21, 2011

Estuario de Puerto Rico (San Juan)

After the Red Cross training, we went to visit the Estuary de San Juan (Despues  de entrenamiento, fuimos al estuario de San Juan)

My husband, Joe (Mi esposo, Joe)

Un avion que fue por encima del estuario

A great habitat for birds 



There were numerous iguanas, in the trees sunbathing lazily , I  was  so scared to find myself in midst of so many iguanas 


The ferry that goes from one end to the other at regular intervals 


Saturday, March 12, 2011

FUNCIONES DEL CAPELLAN QUE PROMUEVEN LA PAZ DESPUES DE UN DESASTRE



By Dr. Joseph O. Prewitt Díaz[1]

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. (Mateo 11:28-30)

Ayer en la mañana, me levante como todos los días a las 5:00 AM para comenzar mis devociones diarias. Encendí la TV unos momentos en lo que calentaba el café. Grande fue mi sorpresa, al darme cuenta que un sismo y tsunami habían afectado a Japón. No tardo el teléfono a sonar.  Algunas llamadas era para saber si ya me habían llamado para el operativo, otras era para ver si tenia mas información de lo que proveía WAPA, y aun otros expresaban si temor y pedían oración.
Reflexionada sobre lo que me estaba sucediendo y me di cuenta que cuando trabajamos en desastres dedicamos nuestra vida a otras personas, a aquellos que son afectados directa o indirectamente por un desastre. El capellán, al aceptar su función, hace un libre compromiso consigo mismo y con Dios que va a ejercer su función en forma desinteresada.
En forma vicaria nos convertimos en compañeros en el dolor ajeno, somos participes del viaje que la otra persona esta llevando a cabo, estamos ahí para proveer nuestro hombro para que la otra persona pueda descansar y ofrecemos nuestros oídos para escuchar las penas que la otra persona quiera compartir.
Debemos tener cuidado  hagamos uso equivoco de nuestra vida vicaria. Esto ocurre en dos momentos: (1) nos hacemos nosotros absolutos y (2) hacemos a la otra persona absoluta. En el primer caso al presentarnos como los conocedores absolutos podemos incurrir en tiranía y opresión de los sentimientos que se comparten con nosotros, las conductas que se exhiben, o las acciones de los otros. En este caso tenemos que reconocer que solamente las personas caritativas pueden actuar responsablemente.  En el segundo caso el bienestar de la persona, por la cual soy responsable, tiene mi atención absoluta, sin recordar mis responsabilidades ante mi entorno, mi familia, y mi Cristo.  En ambos casos el origen, la esencia, y la meta de una consejería pastoral responsable se pone a un lado.
Recordemos en aquellos momentos en que los desastres nos llevan a servir que nuestra función fundamental como Capellanes esta basada en la enseñanza de Jesucristo: “vengan los que están cargados de tensión y estrés y yo te escuchare y te daré mi hombro para que puedas descansar. Tenemos que aprender que mientras ayudamos a otros, lo hagamos con humildad en nuestro corazón y nuestras acciones”.


[1] El Dr. Prewitt Díaz es psicólogo pastoral y consejero espiritual. Fue recipiente de el Premio Internacional Humanitario. Es miembro de la Primera Iglesia Bautista de Cayey, Puerto Rico